RETRATOS


























RETRATOS
   Óleo sobre lienzo
   TONY SOTO   
IES LUIS DE GÓNGORA
 Góngora Arte - Sala de exposiciones 
 c/ Diego de León, nº 2 (Plaza de las Tendillas) Córdoba     

Tony Soto. A vueltas con el retrato: esa nada fácil aprehensión de un fondo imposible. Estos retratos sobre tela, si quieren ser vistos, no son sino el modo en que los ojos disponen el libre juego de ver, el trazo de color, y la forma desencadenante. Abundan, las pinturas de la serie Retratos, en hacer ver que el rostro posee su propia iconicidad, no sólo que ello sea conducido por quien osa desmandar los elementos rítmicos de la línea y el color.

Estas metáforas sobre el rostro, alegorías para los ojos, tienen a bien acercarnos a una poética visual, poética de visualidad concreta, en tanto apuntan aquello que atina a ser visto como logradas abstracciones, porque lo más concreto es lo más abstracto. Suma de pinceladas paralelas, alternantes, en círculos no del todo regulares, un cuidadoso esmero por la mancha, el gusto por las emociones visuales, la desmandada mediación del oficio: son algunos de los rasgos que reposan, como quien no quiere la cosa, en cada uno de estos rastros, que son rostros pintados. 

Es de este modo que parece se van haciendo estos retratos: de un lado, entre variaciones de color y empastes, prontos y azares, en replegar y fijar el vuelo de ver, en encuadrar las escenas; de otro, en ir registrando en cortes asimétricos, en disponer la línea, y la sugestión del movimiento, junto al mero uso de la sombra en consonancia; así trascurre este ir jugando con la frescura de ver, cuya elaboración, en tanto que arte, es la tarea que tenemos ante los ojos: pues, estos retratos no del todo terribles son después de todo un tanto coquetos. 

Hay ocasiones en que, en el momento mismo de asignar el mero uso táctico del color, la mano experimenta una incontenible necesidad de derramarse, acusando disparates que sorprenden nuestros ojos. Esto sucede en esta gozosa galería de retratos, metáforas visuales, que son estos rostros pintados, y donde los planos de color se hacen búsqueda sin fin. Retratos se acerca bastante, como por lo general en otras de sus series anteriores, a la poética de la emoción visual, a un logrado emocionalismo del color y la línea. La composición −lo he dicho en otro momento referido a este mismo pintar− no requiere explicitarse demasiado, porque necesariamente está sujeta a la inmediatez del rostro, que es aquí la escena, y nos remite a un mundo que no es el de la reproducción mecánica, sino el de la práctica pictórica que juega con la asimetría y la desemejanza de los rostros, y que la propia indagación se ha encargado de decidir. Estas metáforas suscitan, sobre las sombras que desarrollan, algunas cuestiones tocantes a pintura y poética del retrato. Nadie sospecha acaso el sensualismo que le deparan estos óleos sobre tela, suaves y tersos, a pesar de la consonancia del color y la acabada combinatoria de sus planos. En ellos, se van entretejiendo, sin esfuerzo aparente, atinadas consideraciones acerca del ritmo del color, el vaivén del trazo, la fugacidad de la línea, la hermosura de la sombra y la abstracción contemporánea. 


Francisco Lira

3 comentarios:

aurora cabeza dijo...

veo que has cambiado bastante de motivo pictórico.Me gusta
abrazos

juan dijo...

Magnificos retratos Tony, un abrazo! - Juan

juan dijo...

Magnificos retratos Tony, me encantan! - Juan